El autor, junto a nuestra directora Josefina Racedo
Enseñar y aprender en aislamiento
Escribe Guillermo Volkind
Pedagogo, psicólogo social, director del Instituto Secundario El Taller, CABA
Aquello que hasta ahora reconocíamos como ficción, expresada en formatos visuales, literarios, rompió sus límites y se instaló entre nosotros. Lo distópico pasó a ser texto y contexto de lo real, eliminando el campo de lo irreal. Transcurrido algo más de un mes desde el caos inicial, las siguientes reflexiones son provisorias, y como tal, mañana podrían ser otras. Tampoco pretenden ser generalizables. Las situaciones particulares de cada nivel de enseñanza, la ubicación geográfica, las diferencias entre lo urbano y lo rural, las condiciones sociales y materiales y limitaciones varias, lo hacen imposible.
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Crujen las nociones de tiempo y espacio en el ámbito educativo
¿Dónde estamos? ¿Qué hora es? Es probable que a lo largo de este mes de confinamiento nos hayamos preguntado si ya hicimos algo que antes lo resolvíamos automáticamente, o por qué llegó la noche y el tiempo se escurrió, o quizás qué otra cosa pude haber hecho aparte de estar conectado a pantallas. Los espacios diferenciados están cerrados, quedan dentro del campo de la amenaza. La vivienda contiene la totalidad de los espacios antes discriminados, todo converge en el mismo sitio, trabajo, estudio, esparcimiento, alimentación, descanso. Es múltiple para todos los convivientes. Tiempo y espacio son nociones que sufrieron un gran impacto, cuyos efectos son asimilables a los que produce un importante golpe en el cráneo. Genera una gran conmoción que aturde y desorienta durante un largo período.
SIN CUERPOS Y EN OTRO ESPACIO ES OTRA PROPUESTA
El rol de la tecnología