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En recuerdo de Jorge Hacker

por Jorge Brega

El reciente 7 de agosto falleció en la ciudad de Buenos Aires Jorge Hacker, amigo y colaborador de La Marea que integró nuestro consejo asesor.

Hacker fue actor, director, profesor y autor de muy larga y reconocida trayectoria, tanto en teatro como en cine y televisión. Había nacido en Austria en 1931. Siendo niño, llegó con sus padres a nuestro país huyendo de la persecución nazi a la comunidad judía: “Cuando cumplí 7 años –recordaba– me tocó presenciar la ocupación de Viena por los nazis. Trepado en hombros de mi niñera, húngara católica, contagiada ella por la alegría del pueblo austríaco ante el desfile aguerrido de las S. A. y las S. S. nazis que pasaban a paso de ganso por el centro de Viena”.

Jorge Hacker durante la celebración del 20° aniversario de La Marea, junto a Josefina Racedo y Cristina Mateu (2014).

En Buenos Aires desarrolló su formación en artes escénicas en el Nuevo Teatro, de Alejandra Boero y Pedro Asquini, del cual llegó a ser director artístico en los años 60. También estudió en el Actor’s Studio de Lee Strasberg en Nueva York, en el Seminario Max Reinhardt de la Universidad de Música y Arte Dramático de Viena, y técnicas audiovisuales en Saint-Cloud, París.

Integró las comisiones directivas del Instituto Nacional del Teatro, del Grupo de Estudios de Teatro Argentino e Iberoamericano (UBA) y del Centro Argentino del Instituto Internacional de Teatro, dependiente de la UNESCO. Fue director de Canal 7 a principios de la década del 1960 y director artístico de América TV en 1990.

Como actor participó en los films “Camila”, “Tiempo de revancha”, “La Rosales”, “La maffia”, “Don Segundo Sombra”, entre muchos otros. Trabajó en los teatros Colón, Gral. San Martín, Alvear, Nacional Cervantes, Scala de San Telmo y varios del extranjero. Como director presentó más de un centenar de obras de teatro (ver el currículum completo en su blog personal).

 

Hacker en el film «La Rosales», de David Lipszyc, 1984.

Durante la última dictadura participó en Teatro Abierto, movimiento al que recordó así en LM N° 6 (1996): “Han pasado 15 años desde que empezó Teatro Abierto. Los genocidas que lo provocaron están aún con vida, las heridas a las que respondió, aún abiertas. Una democracia parcial, ultra-competitiva e impune cubre apenas los cuerpos mutilados. Antígona sigue gritando. Teatro Abierto anda por ahí, lo mira todo y repite la frase de Arturo Ui: ‘Aún es fecundo el vientre que engendró aquello’. No lo olvidemos. No nos descuidemos”.

Hacker era Contador Público y Traductor Nacional de literatura en inglés, francés y alemán. Tradujo diversos autores de esos idiomas: “A partir del año 1962, luego de años de aprendizaje, actuaciones y asistencias de dirección, comencé mi camino como director de teatro profesional. De las 65 obras estrenadas a ese nivel entre 1962 y 2004, 20 fueron textos en otro idioma original, no castellano. En todos los casos me ocupé de las traducciones además de las puestas en escena” (ver “La traducción: una constante toma de decisiones”, en LM N°23). 

Destacan en esos trabajos sus versiones de los Escritos sobre teatro de Bertolt Brecht en tres tomos (Nueva Visión, Bs, As., 1970). Brecht era uno de los autores de su preferencia, a quien dedicó el artículo “Bertolt Brecht: descenso a la gloria en el Siglo XX”, en LM N° 12.

En los inicios de nuestra revista lo visitábamos con Derli Prada (uno de sus compañeros de andanzas en el Teatro Independiente) en su casa de entonces, sobre la calle Gorriti del barrio porteño de Palermo. En una de esas charlas desempolvó de su biblioteca unas hojas amarillentas con viejas traducciones suyas de la poesía del gran escritor alemán. Nos entusiasmamos con editarlas bajo el sello de La Marea y lo alentamos a ordenarlas para hacerlo. No obtuvimos los recursos para concretar el proyecto, sin embargo, un par de años después él pudo realizarlo con la editorial Adriana Hidalgo en el volumen 80 poemas y canciones de Brecht (Bs. As. 1999). En el ejemplar que nos obsequió anotó: “Para mi querida ‘Marea’, sin duda una gran socia de este logro”.

Otra de sus actividades fue la de docente, que desempeñó en la Alianza Francesa, la Universidad de las Artes de Tucumán, el Conservatorio Nacional de Arte Escénico, la Universidad del Cine, la S.U.N.Y. New York University., y en las universidades nacionales de Mar del Plata, Santiago del Estero y Buenos Aires. También en instituciones de Bolivia, país al que amaba y dedicó el artículo “Bolivia, de lo invisible a lo visible. Nuevo protagonismo político de los pueblos campesinos originarios” (LM N° 32), así como el poema que reproducimos en esta página.

En los textos que publicó en La Marea siempre supo sentar posiciones ideológicas, que no eran solo personales, sino que nos involucraban como revista. Por ejemplo, en el número 16, cuyo dossier estuvo dedicado al tema “Mercado y creación”, se remontó a los orígenes de esta relación en la antigua Grecia y sostuvo: “Qué otra cosa era la Polis sino un gran mercado. Desde entonces el poder se mantiene en el centro del mercado. Éste era el lugar de la creatividad y de la producción, el centro cultural por excelencia donde convergían los filósofos, los científicos, los artistas, las mercancías y la información. La Marea no pretende recuperar el establishment, esa feria histórica, para llevarla al terreno de la discusión. El mercado al que hace referencia es el que simboliza el poder, el capitalismo neoliberal y salvajemente civilizado, la manipulación de los valores para centralizarlos en instituciones financieras excluyentes de minorías, de mayorías, de extranjeros y de comunidades aborígenes”.

Nos honra haber contado con su colaboración y su amistad.


 

Sus artículos en nuestra revista:

– Encuentro de Directores de Teatro 1971: Víctor Jara en Buenos Aires, N° 33

– Bolivia, de lo invisible a lo visible, Nuevo protagonismo político de los pueblos campesinos originarios, N° 32 

– La traducción: una constante toma de decisiones, N° 23.

– Teatro argentino: mercado y creación, N° 16.

– América latina: el teatro que necesitamos, N° 14

– Bertolt Brecht: Descenso a la gloria en el Siglo XX, N° 12

– Roberto Arlt al Colón, N° 9.

– Teatro Abierto: Memoria de la solidaridad frente a la inquisición, N° 6.

– Teatro: ¿capitulación o cambio?, N° 4.


 

Dos poemas que Jorge Hacker publicó en La Marea:

Soneto para Víctor Jara

Desechar abstracciones tentadoras
Predicar la justicia frente a la miseria
Cantar proselitismos a cada madrugada
Dejar en todo umbral la buena nueva.

Viajar al sol naciente el puño en la palabra
Podar las notas con la cimitarra
Donar las horas del sueño para ensayar los pasos
Confiar en el amor que se vuelve esperanza.

Cruzar los Andes una vez por día
Neruda en la mochila y Violeta Parra
Y tu mensaje de cambio libertario.

Descender a lo largo de las viñas
Alzar el vaso en mesa de olvidados
Y volver a la batalla el yelmo bien lustrado.


Postal de Bolivia
Pensando en Evo Morales

Bolivia corazón invertido
locotos suspiros trenzas y polleras
chicharrón sombreritos bombín y la ley
de la gravedad que no llega.

Bolivia inclinada a veces vertical
asomada a mil cataratas de tierra
desafiantes deslizan paredes de roca
deslizan Pachamamas de lava al asfalto.

Bolivia centro geológico del mundo
hueco negro desdentado aliento de coca
rotondas transitadas entre bólidos y plantas
y los pasitos cortos que no alejan el peligro.

Bolivia fertilidad implacable silenciosa
embarazada panza de muñeca
tierra colmada de niños que nunca tienen hambre
porque aprendieron a devorar su propia tierra.

Yo te amo Bolivia ojos sin sexo
tímido orgasmo entre las algas del Titicaca
aquellas llamas embarcadas de espaldas al viento
los párpados húmedos de escarcha.

Yo te amo Bolivia envuelta en olores que van
del rosado al marrón oscuro
un sudor que no despierta a los ácidos
y no hay agua que alcance para lavar tu memoria.

En Bolivia gobiernan cosas pequeñas escondidas
la luna y el barro cinco estrellas y las vocales
quechuas como abracadabras secretos
que tocan en quena de plata su romancero andino.

Yo te amo arroz de Bolivia por tu afán
de ocultar las cien papas que llegan de los cerros
y porque mezclás lo frito con lo cocido
en un único fuego.

Y ya pronto estallarán los colores
de una revolución social intolerable
para esos hombres blancos
químicamente puros.

(Otros poemas en: jorgehackerteatro.blogspot.com)


 

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