Editorial: Derrotar a la ultraderecha

En las elecciones presidenciales del último domingo 22 de octubre, luego de una campaña con pronóstico incierto, Unión por la Patria obtuvo el primer lugar con más de 9.300.000 votos, quedando en condición de balotaje con La Libertad Avanza en noviembre. A partir de las medidas económicas del gobierno, en particular las impositivas, UP logró recuperar más de 3 millones de votos.

En las PASO, el ultraderechista Javier Milei, de La Libertad Avanza, había sido el más votado; en segundo lugar había quedado Patricia Bullrich de Juntos por el Cambio y tercero Sergio Massa de Unión por la Patria. Por eso sorprendió a muchos el resultado del 22 de octubre.

La crisis social y económica, así como el bombardeo mediático opositor, no lograron ocultar que dos de los proyectos triunfadores en las PASO pretendían eliminar los derechos conquistados históricamente por los trabajadores, los jubilados, las mujeres, los pueblos originarios, los científicos e investigadores, los ambientalistas, la intelectualidad, el campo de la cultura en general y en los ámbitos político-sociales, económicos y democráticos. Y la reivindicación de esos derechos es asumida por mucho más que el 36,68 % que alcanzaron los actuales votantes de Massa.

Sectores mayoritarios del radicalismo, de la izquierda, de la gran mayoría del peronismo y del pueblo –que, descontento, quiso castigar al gobierno por la grave situación económica a la que nos arrastra el haber reconocido la deuda impagable con el FMI y por la inexistencia de una política oficial contra el poder real en Argentina–, seguramente reubicarán su voto en el balotaje contra la ultraderecha reaccionaria de La Libertad Avanza y sus aliados macristas. La ruptura de Juntos por el Cambio que se evidencia en este momento es parte de ese reposicionamiento.

El camino de la independencia nacional con plenos derechos democráticos no sólo es posible, sino demostrado como necesario. Las obsoletas políticas liberales del siglo XIX y XX, tan elogiadas por Milei, ya han sido probadas con nefastos resultados para el pueblo argentino.

En un contexto de guerra en Europa por la agresión imperialista de Rusia a Ucrania y del cruento genocidio perpetrado en Gaza por el Estado de Israel contra el pueblo palestino, se aceleran las condiciones para un conflicto mundial y de agudización de la crisis económica global que alimentan las grandes potencias para resolver sus disputas y su decadencia.

Crecen las ultraderechas tratando de crear las condiciones ideológicas y políticas similares a las preliminares a las Primera y Segunda guerras mundiales, especialmente en la juventud. Se le señala enemigos que no son los reales: hoy, “la casta política”, el “despilfarro social” que crea “vagos”, el carácter gratuito de hospitales y escuelas públicas, las fuentes energéticas que “dan pérdida”, la obra pública, los derechos laborales como la indemnización por despido, los impuestos a la riqueza, la soberanía de los ríos, etc. Todo debe ser un negocio, vendible en el mercado: YPF, Aerolíneas, el litio, los minerales, incluso los niños y los órganos para trasplantes.

La Sra. Victoria Villarruel, candidata a vicepresidenta por LLA, que juró como diputada nacional por “las víctimas del terrorismo”, ha presentado –entre otros similares– un proyecto de ley para que los militares puedan operar dentro del país aun cuando no haya estado de sitio. Su objetivo es encolumnar al ejército argentino detrás de nuevos proyectos dictatoriales, habilitando nuevamente la represión interna.

Frente a ello, luego de castigar la política del gobierno en las PASO, la mayoría del pueblo cerró filas y puso el límite. Se movilizó en barrios, fábricas, escuelas, villas, en la cultura y la intelectualidad haciendo honor a nuestra historia de movilización y lucha. Así fue, por ejemplo, en el reciente Encuentro de Mujeres y Disidencias de Bariloche.

Nuestra revista organizó actividades culturales, cooperó en Cultura por la Patria, una red de difusión de actividades “en defensa de la cultura nacional y popular y por los derechos democráticos” contra la derecha y la ultraderecha, y prepara su nuevo número 53 con la misma orientación.

Esta lucha popular para frenar a la derecha más recalcitrante continuará en nuestro país hasta el balotaje. El gobierno elegido en noviembre tendrá que responder a la voluntad popular, que aspira a avanzar en un camino de bienestar económico, vigencia de las libertades democráticas, defensa de nuestra soberanía nacional y justicia social. No hay lugar para los débiles e indecisos frente a los poderosos de siempre, ni lugar para otra decepción del pueblo.

#redculturaporlapatria