DeclaraciĆ³n
A doscientos aƱos de la RevoluciĆ³n de Mayo
Argentina hacia la segunda y definitiva independencia
Esta declaraciĆ³n, suscripta por diversos protagonistas de la cultura, el arte, los movimientos sociales y polĆticos argentinos, fue presentada durante el encuentro artĆstico que la revista cultural La Marea realizĆ³ en la 33Ā° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires en 2007 y actualizada en 2010 al conmemorarse el Bicentenario de la RevoluciĆ³n de Mayo.
Argentina naciĆ³ de la lucha contra la dominaciĆ³n colonial espaƱola en el siglo XIX y actualmente debe seguir luchando junto a los paĆses hermanos de AmĆ©rica Latina y demĆ”s naciones y pueblos oprimidos contra la dominaciĆ³n imperialista y los intereses econĆ³micos locales a su servicio.
Los heroicos levantamientos de Tupac Amaru y Tupac Catari, el rechazo de las invasiones inglesas al RĆo de la Plata, las insurrecciones de Chuquisaca y La Paz āentre los hitos mĆ”s destacados de la lucha anticolonial en el sur del continenteā llevarĆan a la RevoluciĆ³n de Mayo de 1810 y a la guerra de la Independencia, como parte de la primera revoluciĆ³n liberadora de AmĆ©rica Latina. Este proceso logrĆ³ la destrucciĆ³n de la dominaciĆ³n colonial en lo que hoy es la Argentina con un hito fundamental, la declaraciĆ³n de nuestra independencia en 1816.
El preciado triunfo, alcanzado en 1824 con la derrota de las Ćŗltimas tropas enemigas en JunĆn y Ayacucho por los ejĆ©rcitos patrios reunidos bajo la direcciĆ³n de BolĆvar, fue mĆ©rito de la lucha comĆŗn y la unidad antiespaƱola lograda por los patriotas y dirigentes revolucionarios āen nuestro caso, Moreno, Castelli, Belgrano, San MartĆn, Artigas, entre otrosā junto a los pueblos aborĆgenes, negros y criollos. Para completar y profundizar ese triunfo, deberĆa haberse logrado un cambio revolucionario en lo econĆ³mico y social. Sin embargo, derrotada la posiciĆ³n revolucionaria y controlados los sectores populares, el proceso de independencia quedĆ³ inconcluso. La elite terrateniente y de comerciantes intermediarios privilegiĆ³ sus intereses agropecuarios y mercantiles (exportadores e importadores), impuso un creciente vĆnculo comercial y fi nanciero con el joven capitalismo britĆ”nico, profundizĆ³ el desarrollo desigual de Buenos Aires respecto del resto de las provincias, y acrecentĆ³ las diferencias sociales y la explotaciĆ³n en todo el paĆs.
Desde mediados del siglo XIX, al perpetuarse en el poder, esa oligarquĆa criolla aliada a los capitales europeos, marchĆ³ con la hegemonĆa de los terratenientes y comerciantes bonaerense a consolidar su dominio estatal a travĆ©s de las guerras genocidas contra las provincias rebeldes, contra el Paraguay independiente, contra los pueblos originarios del sur y del Chaco. Este Estado oligĆ”rquico garantizĆ³ la nueva dominaciĆ³n sumiĆ©ndonos en una nueva dependencia. AsĆ, la unifi caciĆ³n impuesta signifi cĆ³ la exclusiĆ³n social de los sectores oprimidos y la licuaciĆ³n de sus particularidades identitarias.
Iniciado el siglo XX, al conmemorarse el centenario de la RevoluciĆ³n de Mayo, la oligarquĆa terrateniente festejĆ³ la consolidaciĆ³n del estado nacional oligĆ”rquico y pro-imperialista. Una fachada de opulencia y ādemocraciaā enmascaraba el fraude electoral, la corrupciĆ³n, los bajos salarios, la falta de vivienda y educaciĆ³n en una Argentina āgranero del mundoā, prĆ³spera para unos pocos, donde regĆan el Estado de Sitio y las leyes antipopulares de Residencia y de Defensa Social. Esa prosperidad econĆ³mica basada en las exportaciones agropecuarias āque muy pronto encontrarĆa su lĆmiteā suponĆa el ahogo de cualquier expresiĆ³n cultural de rebeldĆa y oposiciĆ³n que denunciara las reales condiciones sociales existentes, y sĆ³lo daba cabida a las odas festivas al estilo de Leopoldo Lugones. Se nos impuso un modelo cultural y una identidad dependientes, acordes con los intereses dominantes, que estigmatizĆ³ al originario, al gaucho, al negro y al inmigrante. Un modelo que buscĆ³ avergonzarnos de nuestros orĆgenes, de nuestras culturas, de nuestras propias capacidades, llegando a naturalizar la idea de que no tenemos historia ni identidad propias.
En el presente bicentenario de la RevoluciĆ³n de Mayo, se ponen nuevamente en debate sus alcances y su nexo con la actualidad de la Argentina y el contexto internacional. Para algunos, se trata de un hecho histĆ³rico para ser recordado, pero sin vincularlo con nuestro presente y perspectivas. Para otros, una oportunidad de reescribir la historia para convalidar las condiciones actuales.
El actual gobierno, hace un par de aƱos aprestaba los preparativos con los que pretendĆa emular los festejos fastuosos del Centenario. Apostaba a generar un clima de entusiasmo por el superĆ”vit econĆ³mico que borrara los efectos de la crisis polĆtica, econĆ³mica y social de 2001, revitalizando la inserciĆ³n mundial de Argentina como paĆs agro-petrolerominero exportador para asegurar mayores inversiones extranjeras imperialistas. En este momento, cuando una gigantesca crisis sacude al mundo, los sectores que dominan la economĆa y el poder se disputan negocios y benefi cios. El gobierno apela a un discurso ānacional y popularā pero practica una polĆtica que descarga la crisis sobre el pueblo y la naciĆ³n, favoreciendo la extranjerizaciĆ³n y concentraciĆ³n econĆ³mica, justifi cando el pago de una deuda ilegĆtima, usuraria y fraudulenta.
En nuestra Argentina dependiente, oprimida y disputada por varias potencias imperialistas āen la que el imperialismo inglĆ©s convalida la usurpaciĆ³n colonialista de Malvinas con nuevos avasallamientos sobre nuestros mares e islasā se profundiza el hambre y la miseria de amplias mayorĆas. En un tiempo en que se agudizan las contradicciones interimperialistas, en la que crece la lucha de los pueblos por su liberaciĆ³n, muy especialmente los pueblos de AmĆ©rica latina, ĀæquĆ© se recupera del pasado, en virtud de quĆ© presente y para construir quĆ© futuro? ĀæQuiĆ©n escribe la historia desde este presente y para quĆ©?
En los Ćŗltimos cien aƱos, el pueblo argentino ha protagonizado gestas fundamentales en el camino de su liberaciĆ³n: desde la Semana Roja de 1909, el Grito de Alcorta en 1912, las revoluciones radicales, la Reforma Universitaria, la Semana de Enero de 1919, la Patagonia Rebelde, las huelgas de la construcciĆ³n en 1936, el 17 de Octubre de 1945, la movilizaciĆ³n contra la Universidad āLibreā bajo Frondizi, el Cordobazo, las luchas contra las dictaduras militares y por la soberanĆa en Malvinas, hasta las puebladas de los ā90 que se rebelaron contra el hambre de los āajustesā econĆ³micos y la entrega de Menem y De la RĆŗa, venciendo el escepticismo y derrotismo predicado por los ideĆ³logos āglobalizadoresā. Estas puebladas abrieron paso al Argentinazo de 2001 que enfrentĆ³ al Estado de Sitio, derrocĆ³ al gobierno e impuso la consigna āque se vayan todosā. Esta rebeliĆ³n popular logrĆ³ la suspensiĆ³n temporaria de los pagos de la deuda externa (default) que signifi cĆ³ un alivio para las necesidades populares. Todos hechos que demuestran los profundos sentimientos patriĆ³ticos y democrĆ”ticos de nuestro pueblo.
Estas viejas y nuevas formas de protagonismo popular son acompaƱadas hoy de una gran avidez por conocer las tramas ocultas de la historia y la polĆtica. Somos producto de doscientos aƱos de luchas con derrotas y triunfos, logros y frustraciones en los que nuestra cultura se fue desarrollando. La ciencia, la literatura, las artes āde creadores anĆ³nimos y reconocidosā se aquilatan con los aportes de todos los afl uentes populares y constituyen su principal nutriente y sostĆ©n.
Las clases dominantes intentan aplacar y desviar esa fuerza popular que busca desatar los lazos de la dependencia. Para ello utilizan nuevamente el argumento saavedrista de que ālas brevas no estĆ”n madurasā, la posiciĆ³n alvearista de buscar āprotectoradosā, o la polĆtica rivadaviana para que āal cambiar, no cambie nadaā. Sin embargo, nuestro pueblo no ha resignado la bĆŗsqueda de las verdaderas transformaciones polĆticas y econĆ³micas que eliminen de raĆz los males que lo empobrecen. AsĆ lo demuestran las grandes luchas obreras, de los campesinos pobres, chacareros, de pueblos originarios, las agrarias, las federales, las ambientalistas y las que han protagonizado amplios sectores populares en este Ćŗltimo perĆodo.
Los argentinos queremos recobrar los resortes claves de nuestra economĆa y de la polĆtica. Y en cada una de las batallas que libramos en este camino debemos rescatar el espĆritu de Mayo y evitar que sea nuevamente desviado de su objetivo. Recuperar la verdadera historia implica que el debate y el balance estĆ©n en manos del pueblo, para concretar lo que hasta ahora no se hizo: ser duros con los extranjeros que vienen ācomo seƱalaba Morenoā āa comprar por cuatro para luego vender a ochoā. Y, recordando con San MartĆn que āpara los hombres de coraje se han hecho las empresasā, hacer realidad el lema artiguista de que los āmĆ”s infelices sean los mĆ”s privilegiadosā.
Convocamos a unirnos y organizar actividades en defensa de las condiciones
que hacen al sustento y desarrollo de nuestra cultura e identidad:
ā¢ Contra todo intento de destruir o desvirtuar la cultura nacional y popular.
ā¢ SuspensiĆ³n, investigaciĆ³n y no pago de la deuda ilegĆtima, usuraria y fraudulenta.
ā¢ Por mayor presupuesto a EducaciĆ³n, Salud y Cultura.
ā¢ Plena soberanĆa nacional sobre Malvinas, islas y aguas del AtlĆ”ntico Sur.
ā¢ Juicio y castigo a los responsables de secuestros y desapariciones: contra la impunidad de ayer y de hoy.
ā¢ Fomento e intercambio en todas las Ć”reas de la producciĆ³n artĆstica, cultural y tĆ©cnica.
ā¢ Por la recuperaciĆ³n y nacionalizaciĆ³n de nuestro patrimonio cultural.
ā¢ Por la recuperaciĆ³n de nuestras fuentes de recursos naturales, control de la extracciĆ³n y exportaciĆ³n minera.
ā¢ Por la recuperaciĆ³n y generaciĆ³n de fuentes de trabajo genuino.
ā¢ Por la nacionalizaciĆ³n y estatizaciĆ³n de las empresas estratĆ©gicas para el desarrollo y la seguridad nacional (comunicaciones, petrĆ³leo, transporte, energĆa, etc.).
ā¢ Por el respeto y desarrollo de las culturas aborĆgenes, contra su discriminaciĆ³n y por el derecho a la propiedad de la tierra.
ā¢ Por vivienda y tierra a las familias mĆ”s necesitadas.
ā¢ DifusiĆ³n y fomento de las producciones culturales populares, en especial las histĆ³ricamente discriminadas
ā¢ Por una regulaciĆ³n anti-monopĆ³lica de los medios de comunicaciĆ³n y las industrias culturales.
ā¢ Por la preservaciĆ³n del patrimonio arquitectĆ³nico y los monumentos nacionales.
ā¢ Por la sanciĆ³n de leyes propuestas o consensuadas por los trabajadores de la cultura, de todas las disciplinas, que respondan a las necesidades actuales.
ā¢ En apoyo a las luchas en defensa de la educaciĆ³n y la salud, pĆŗblicas y gratuitas.
ā¢ En apoyo a las reivindicaciones de los trabajadores de la cultura de todo el paĆs.
ā¢ En apoyo a la lucha de los pueblos de AmĆ©rica latina por su soberanĆa y la unidad latinoamericana.
Adhesiones y contacto: bicentenariomayo@yahoo.com.ar
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1 comentario
Se tarda bastante en ÉaŠ³ con artŃculos adecuadamentŠµ eŅ³presadÖ s, de foŠ³ma que debo darte las gracias.Un saludo.
Mas noticias … Alberto