Home Notas A 75 años del nacimiento del peronismo

A 75 años del nacimiento del peronismo

por Julian Monti

Escribe Teresa Eggers Brass

En este artículo, la historiadora Teresa Eggers Brass recupera las ideas fundamentales que Juan Domingo Perón expresó ante el pueblo que reclamaba por su libertad y por la mejora de las condiciones sociales. Considera además los desencuentros y esperanzas sobre la justicia social.


Perón y el amor a la Patria: “amar a la patria no es amar sus campos y sus casas, sino amar a nuestros hermanos”

I. El discurso

El 17 de octubre de 1945, convocado por el pueblo reunido en la Plaza de Mayo, que pedía su liberación, Juan Domingo Perón dio su “primer abrazo a esta masa inmensa que representa la síntesis de un sentimiento que había muerto en la República: la verdadera civilidad del pueblo argentino”.

En un discurso improvisado mientras se cantaba el Himno Nacional a las once de la noche, Perón expresó algunas de sus ideas fuerza.

• El pueblo tiene derecho a pedir lo que le corresponde: “el mismo que en esta histórica plaza pidió frente al Cabildo que se respetara su voluntad y su derecho”. La democracia está “representada por un pueblo que marcha a pie durante horas para llegar a pedir a sus funcionarios que cumplan con el deber de respetar a sus auténticos derechos.”

• Perón como intérprete del movimiento obrero: “interpreto este movimiento colectivo como el renacimiento de una conciencia de los trabajadores”.

• También, ante semejante multitud, pide paz social: pese a que renuncia a las fuerzas armadas, sigue siendo el coronel Perón el que pide que no haya confrontaciones: “que sea el coronel Perón el vínculo de unión que haga indestructible la hermandad entre el pueblo, el ejército y la policía; que sea esta unión eterna e infinita para que este pueblo crezca en esa unidad espiritual de las verdaderas y auténticas fuerzas de la nacionalidad y del orden”. “Sé que se han anunciado movimientos obreros. En este momento ya no existe ninguna causa para ello. Por eso les pido, como un hermano mayor, que retornen tranquilos a su trabajo.”

Perón habla del 17 de octubre de 1945

• Perón, que hacía menos de una semana había pensado que terminaba su vida política, se da cuenta que en realidad, está comenzándola como líder de lo que sería un movimiento histórico. “Esta hora… será histórica para la República”. “Confiemos en que los días que vengan sean de paz y de construcción para el país. Mantengan la tranquilidad con que siempre han esperado aún las mejoras que nunca llegaban. Tengamos fe en el porvenir y en que las nuevas autoridades han de encaminar la nave del Estado hacia los destinos que aspiramos todos nosotros, simples ciudadanos a su servicio.” Evidentemente, todavía es muy temprano para anunciar una candidatura, pero dice que ese que fue el Secretario de Trabajo y Previsión “seguirá luchando a vuestro lado por ver coronada la obra que es la ambición de mi vida, la expresión de mi anhelo de que todos los trabajadores sean un poquito más felices.”

• Tiene presente que Argentina no es solo Capital y conurbano, y por eso quiere “enviar un recuerdo cariñoso y fraternal a nuestros hermanos del interior que se mueven y palpitan al unísono con nuestros corazones en todas las extensiones de la patria.”

• La patria no está constituida por las propiedades privadas, sino por las personas: “amar a la patria no es amar sus campos y sus casas, sino amar a nuestros hermanos”. Las condiciones de explotación hacen que los trabajadores sufran. Por eso no habla de los campos en sentido telúrico, sino como motivo de dolor. Los hermanos del interior “representan el dolor de la tierra” y por eso “vaya nuestro cariño, nuestro recuerdo y nuestra promesa de que en el futuro hemos de trabajar a sol y a sombra porque sean menos desgraciados y puedan disfrutar mejor de la vida.”

• El descanso merecido tras una jornada de lucha: “les pido que realicen el día de paro festejando la gloria de esta reunión de hombres de bien y de trabajo”. De ahí nació el 18 de octubre como “San Perón”, aunque el paro había sido convocado por la central obrera el día anterior.

• Convoca a la unidad del movimiento obrero. “Ha llegado ahora el momento del consejo. Trabajadores: únanse; sean hoy más hermanos que nunca. Sobre la hermandad de los que trabajan ha de levantarse en esta hermosa tierra la unidad de todos los argentinos. Diariamente iremos incorporando a esta enorme masa en movimiento a todos los díscolos y descontentos para que, juntos con nosotros se confundan en esta masa hermosa y patriota que constituyen ustedes.”

• Un paso hacia la futura igualdad entre el hombre y la mujer: su protección, que después se vería reflejada en los derechos de la mujer en la Constitución de 1949. “Ustedes, obreros, tienen el deber de proteger aquí y en la vida a las numerosas mujeres obreras que aquí están”. Y aquí se marca el hecho de que en esa plaza del 17, donde había más de medio millón de trabajadores que habían ocupado ese espacio usualmente reservado para los oficinistas de clase media, había muchas mujeres. Obreras, amas de casa, compañeras y también hijas de quienes se movilizaron.

Yo soy la descamisada,

a la que al fin se le escucha,

la que trabaja y que lucha

para el bien de la Nación 1

La descamisada, por Nelly Omar

II. Desencuentros

Mientras Perón estuvo preso, los patrones se negaron a pagar el doble jornal a quienes trabajaron el feriado del 12 de octubre, y algunos les dijeron a los obreros que se fueran a quejar a Perón. Los obreros querían hacer un paro general para pedir la liberación de Perón, porque ello significaba mantener las conquistas de los trabajadores. Sin embargo, la cúpula de la CGT no estaba en su mayoría de acuerdo en personificar los reclamos, por lo que en la declaración de la huelga general para el 18 de octubre, no se mencionaba a Perón directamente.

Cuando se supo que Perón ya no estaba confinado en la isla Martín García sino en el Hospital Militar, la gente comenzó a salir a la calle el 17 y, al grito de “Viva la huelga” y “Viva el coronel”, visitó las fábricas en Avellaneda para marchar todos hacia Plaza de Mayo.

El sindicalista Cipriano Reyes jugó un papel fundamental en estos hechos, y Perón le dijo, días después: “Usted es el héroe del 17 de Octubre”. El Partido Laborista de Reyes fue quien llevó la candidatura de Perón a la presidencia, pero pocos meses más tarde Perón pidió la disolución de ese partido para formar un partido dirigido por él, que fue llamado Partido Único de la Revolución y pronto se cambió el nombre por Partido Peronista. Por supuesto que Reyes se opuso, y tampoco quiso que su gremio dependiera de la CGT. Ese año su sindicato fue asaltado; al año siguiente Reyes sufrió un atentado que le costó la vida al chofer del taxi donde viajaba, y en 1948, bajo la acusación de que Reyes planeaba el asesinato de Perón, fue encarcelado y torturado. Salió libre tras el golpe de Estado de Aramburu, cuya política proscriptiva y asesina hizo que Reyes reorganizara en 1957 el Partido Laborista, que fue partidario de restablecer la Constitución de 1949.

Muchos socialistas y algunos comunistas se hicieron peronistas debido a las políticas públicas que favorecían a las clases populares, cómo Ángel Borlenghi. Sin embargo, las cúpulas del Partido Socialista y del Partido Comunista adhirieron a la Unión Democrática junto con el radicalismo y los demócratas progresistas. El Partido Comunista, el 21 de octubre de 1945 habla despectivamente del “malón peronista” y afirma que “nuestros camaradas deben organizar y organizarse para la lucha contra el peronismo, hasta su aniquilamiento”.

 Imágenes de la manifiestación que reclamaba la libertad de Juan Domingo Perón

“El malón peronista –con protección oficial y asesoramiento policial– que azotó al país, ha provocado rápidamente (…) la exteriorización del repudio popular de todos los sectores de la república en millares de protestas. Hoy la nación en su conjunto tiene clara conciencia del peligro que entraña el peronismo y de la urgencia de ponerle fin. Se plantea así para los militantes de nuestro partido una serie de tareas que, para mayor claridad, hemos agrupado en dos rangos: higienización democrática y clarificación política. Es decir, por un lado, barrer con el peronismo y todo aquellos que de alguna manera sea su expresión; por el otro llevar adelante una campaña de esclarecimiento de los problemas nacionales (…). En el primer orden, nuestros camaradas deben organizar y organizarse para la lucha contra el peronismo, hasta su aniquilamiento. Corresponde aquí también, señalar la gran tarea de limpiar las paredes y las calles de nuestras ciudades de las inmundas pintadas peronistas. Que no quede barrio o pueblo sin organizar las brigadas de higienización democrática. (…) Perón es el enemigo número uno del pueblo argentino.”2

Evidentemente, este acuerdo entre liberales y comunistas respondían a una alianza propia de la Segunda Guerra Mundial, y que catalogaba a Perón como filofascista o nazifascista. Quienes creían eso, se alejaban del peronismo, por más que sus intereses fueran similares. Tal fue el caso de Atahualpa Yupanqui, según Norberto Galasso: «Atahualpa Yupanqui, por ejemplo, es indiscutiblemente ‘el cantor de la patria profunda’ lo que no le permitió, sin embargo, comprender un fenómeno sociopolítico tan importante como el peronismo. Apenas se acercó algunas veces pero el incorregible Perón terminó de espantarlo con un comentario rotundo:- Pero, escuchame negro, con esa cara, ¿cómo no sos peronista? Tenía razón el General pero no le cayó bien al ‘cantor de artes olvidadas’”.3

Por supuesto, el mayor desencuentro fue con la juventud peronista, una vez que asumió el peronismo su tercera presidencia. La izquierda peronista, con sus acciones guerrilleras o sus movilizaciones populares, había contribuido en una gran medida a la desestabilización del régimen militar. También había sido fundamental para alejar a los oportunistas del “peronismo sin Perón”.

Pero ya con el gobierno en marcha, la derecha y, tras ella, la ultraderecha disfrazada de peronista bajo el ala de López Rega lucharon para posicionarse en una situación dominante, y lo lograron tras el asesinato del líder sindical José Rucci, acusado de burócrata por la izquierda. Este era una parte fundamental del proyecto económico y social peronista, del Pacto Social entre CGT, CGE y gobierno, y primó la soberbia de quienes consideraron que debían imponer la agenda. El 12 de octubre de 1973, dio su primer discurso de Perón en la Plaza de mayo después de agosto de 1955, cuando asumió su tercera presidencia. Fue un discurso breve, marcado por lo que no dijo. Volvió a apelar a la paz social:

Es precisamente esa profunda fe que tengo en el pueblo de la Patria la que me ha impulsado a aceptar la responsabilidad de conducir al país. Y en ello espero que todos los argentinos, de cualquier matiz político que sean, comprendan que en la paz que podamos mantener y en el trabajo fecundo que debemos realizar, está precisamente ese destino que tenemos la obligación de defender.

Los obreros de Morón, de Jorge Marziali, cantada por el autor, acompañado por Juan Falú en la guitarra

Y a la juventud le aclaró que no le destina el presente de conducción, sino el futuro.

A esa juventud, que es nuestra esperanza, quiero que le llegue nuestro más profundo cariño, junto con la exhortación más sincera de que trabaje y se capacite. Porque los jóvenes serán los artífices del destino con que soñamos. A ellos hemos de entregarles nuestras banderas, convencidos de que por sus valores morales han de llevarlas al triunfo para la grandeza de la Patria y la felicidad de nuestro pueblo.

Finalmente, dijo que el primero de mayo se presentaría “en el mismo lugar para preguntarle al pueblo aquí reunido si está conforme con el gobierno que realizamos”.

Evidentemente, en esa plaza del primero de mayo de 1974, adonde concurrieron unas 100.000 personas, se produjo el mayor desencuentro entre los mismos peronistas. Aproximadamente la mitad de los concurrentes acompañaba a los Montoneros. Perón se enfureció cuando los escuchó desde el balcón cantar “Si Evita viviera sería montonera” y “¿Qué pasa, qué pasa general, que está lleno de gorilas el gobierno popular?”, y los llamó estúpidos e imberbes que pretendían “tener más méritos que los que lucharon durante veinte años”. Al escuchar esto, los Montoneros se retiraron de la plaza, y, ya fallecido el líder, pasaron a la clandestinidad (25/9/1974).

El 75° aniversario de este gran triunfo popular nos encuentra atrapados en el aislamiento social preventivo y obligatorio por la pandemia, pero la gente sigue tras los mismos principios de lucha: la justicia social.

NOTAS:

1 Enrique Maroni, periodista, poeta y locutor, autor de la letra de «La cumparsita”, “Callecitas de mi barrio”, también escribió la letra de “La descamisada”, interpretada por Nelly Omar. 

2 En Rodolfo Puiggrós (1986), Historia Crítica de los Partidos Políticos Argentinos (III), Buenos Aires, Hyspamérica,

3 Norberto Galasso: María Elena Walsh, antiperonismo y cultura popular

https://www.agenciapacourondo.com.ar/cultura/maria-elena-walsh-antiperonismo-y-cultura-popular-por-norberto-galasso


Teresa Eggers Brass es profesora de historia (UBA), autora del libro Historia Argentina. Una mirada crítica (1806-2018), coautora de Historia latinoamericana (1700-2020), y de numerosos libros de texto.

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