Home Notas Miguel Ángel Estrella, pianista y militante popular

Miguel Ángel Estrella, pianista y militante popular

por Jorge Brega

Escribe Víctor Delgado

Falleció en Francia el gran pianista argentino.


El pianista argentino Miguel Ángel Estrella, a los 81 años, falleció en Francia, donde dirigía la Casa Argentina en la Ciudad Universitaria de París.

Contemplado internacionalmente como uno de los pianistas clásicos más notables de su generación, había nacido en Tucumán, aunque pasó los primeros años infantiles en un caserío quichua en Vinará, Santiago del Estero. Cuando cursaba tercer grado quedó prendado por la presencia de Evita  en un acto oficial. Consideró aquel fugaz encuentro como su descubrimiento personal del peronismo, ideario que sostuvo siempre aunque definiéndose a sí mismo “un buen cristiano de izquierda”.

Música y compromiso social siempre marcharon a la par en su vida, casi desde la infancia. Atahualpa Yupanqui, frecuentador del hogar paterno, fue quien advirtió la capacidad musical de Estrella. Este siempre dijo que había escogido el piano como instrumento gracias a la influencia que ejerció en él don Atahualpa, a quien consideraba uno de sus “maestros en la vida y en la música”.

Ya  formado en el Conservatorio Nacional, en 1964 recibió una beca del Fondo Nacional de las Artes y se radicó en Europa donde continuó estudios con Margarite Long, Nadia Bolulanger, Ivonne Loriot, Olivier Messiaen, entre otros.

Desplegó una intensa actividad pianística en Argentina y en el exterior. Siembre abordó a los grandes clásicos, aunque en su repertorio nunca dejó de incluir autores nacionales como Ginastera o Guastavino.

En los años 70, ya consagrado internacionalmente, resolvió no escindir la música de su vocación social. Así fue que regresó a Argentina para desplegar una original experiencia militante-musical en la Villa 31, en tiempos del sacerdote Carlos Mugica.

Otro desafío sobresaliente fue el que llevó a cabo en la provincia de Tucumán con el cineasta Gerardo Vallejo, a quien conocía desde la adolescencia (ambos habían cursado en el colegio universitario Gymnasium). Con gran pobreza de recursos comenzaron a recorrer las aldeas calchaquíes y pueblos para exhibir las películas de Vallejo, mientras Estrella ofrecía su repertorio –aún el más elevado– a las familias campesinas.

Hasta el final de sus días el músico reivindicó aquella experiencia que le había ayudado a ver la importancia que podía tener la práctica artística entre los obreros y campesinos como una manera de resistir a la cultura de la clase que los oprimía. “Entonces advertimos que teníamos un arma extraordinaria con el cine y la música”, dirá.

En 1977, mientras dictaba un curso para músicos, fue detenido por un grupo de tareas en el Uruguay. Por su reconocimiento público se dificultó el traslado a la Argentina. Quedó detenido en el vecino país, donde fue torturado y humillado durante más de dos años hasta que una campaña internacional logró que lo liberaran.

Fue un permanente luchador por los derechos humanos y de los pueblos originarios. En 1982, creó una asociación, orientada a la juventud, llamada “Música Esperanza”, entidad sin fines de lucro que logró materializar durante el exilio, con algunas sedes en el extranjero y más tarde también aquí, una de ellas en la Villa 31.

Entre 2006 y 2016 fue Embajador de Argentina ante la Unesco, lugar en el que bregó por el reconocimiento del Estado Palestino e ideó una “Orquesta de los hijos de Abraham” con músicos cristianos, musulmanes y judíos.

La Marea lo entrevistó pocos meses antes de recibir su designación en la Casa Argentina de la ciudad Universitaria en París. El contenido de dicha entrevista se encuentra nuestra edición impresa N°50.


Hacé clic y aportá a La Marea

Artículos relacionados

Deje un comentario