Horacio Dowbley (1954-2021)

En el día de ayer, 9 de diciembre de 2021, falleció sorpresivamente Horacio Dowbley, arquitecto, artista plástico, amigo y difusor de nuestra revista. Autor de una obra artística originalísima, siempre cargada de ironía y sentido crítico hacia la sociedad actual, sus desigualdades y el mundo injusto en que vivimos. Fue integrante de la Comisión Directiva de Asociación de Artistas Visuales de la República Argentina (AAVRA), de la Comisión de Homenaje a las Madres de Plaza de Mayo de Quilmes y Director del Centro Cultural «El Galpón» en la misma ciudad, donde desplegaba una intensa actividad organizativa. Militaba en el Partido Comunista Revolucionario.

En La Marea lo hemos entrevistado y también comentado algunas de sus exposiciones artísticas. A modo de homenaje, reproducimos a continuación algunos de esos textos.

Para mayor información, ver su sitio web personal: Horacio Dowbley | esculturas.

El monumento a las Madres de Plaza de Mayo de Quilmes

En 2006 Horacio Dowbley ganó el concurso organizado por la Comisión Permanente de Homenaje a las Madres de Plaza de Mayo de Quilmes para erigir un monumento en honor a ellas. En nuestro número 27, Cristina Mateu, en su artículo «Monumentos para otra historia», entrevistó a la Comisión y al artista. De ese artículo, que puede leerse completo en nuestra sección «Ediciones impresas», extractamos lo expresado por Horacio:

«Cuando presenté mi proyecto para el concurso que realizó la Comisión, pensé que no podía hacer un monumento en función de la creación del escultor. Tiene que ser la imagen para la gente. Ahí, entonces, comencé a trabajar sobre la imagen que tiene la gente y aparecieron los pañuelos, como imagen que tiene que ser reconocida. El monumento debe mostrar que están ahí presente y que siguen marchando. Más que una obra escultórica es un ícono para la gente, para reflejar esa lucha que no ha parado y que no va a parar porque todavía no se llegó al objetivo. Esta es la fundamentación de mi trabajo. […]

«Yo era uno de los que no sabía que existían las Madres de Plaza de Mayo en Quilmes. Cuando leí el anuncio del concurso en el diario, inmediatamente accedí a las bases por internet y empecé a trabajar en la idea. En cuanto empezás a trabajar el tema, a investigar, vas desculando cómo tenés que hacer. Estoy acostumbrado, como escultor, a trabajar mis propios temas. Mi primera preocupación era ver qué significan para el colectivo los monumentos, investigué sobre varias monumentos-esculturas hechos en relación al Holocausto de la Segunda Guerra. También fui al Parque de la Memoria en Costanera, de Capital Federal. Estos monumentos se hicieron para cerrar un proceso. Volví a casa, leí el reglamento nuevamente y decía: “para reflejar las luchas de las Madres de Plaza de Mayo-Quilmes por los objetivos de aparición con vida y castigo a los culpables”. Esta obra no podía cerrar tenía que mostrar que las Madres siguen luchando. Pensé qué significaba esto para la gente. Porque la escultura es un lenguaje y hay que ver qué dice ese lenguaje. Hay distintas perspectivas según el punto de vista del Estado, de aquellos que se dedican a su comercio o de lo que quiere decir el artista. Pero para vivir de su arte el artista muchas veces no puede decir lo que quiere, lo que siente, lo que piensa. Ahora si uno dice lo que quieren que digas no tenés ningún problema. Se han hecho monumentos que tienen un lenguaje que no dice nada. Por ejemplo, el monumento a la mujer en Puerto Madero, la flor emplazada en la Av. del Libertador o la plaza de la Memoria en Costanera Norte fueron hechos por escultores extranjeros. Por qué no se hace un concurso con los escultores nacionales para que hagan y expresen lo que sentimos acá, porque la dictadura no la vivieron los alemanes, ni los españoles, ni los franceses. Se le quita presupuesto a las escuelas de arte, se las ahoga, se despiden docentes para evitar que la gente ingrese allí. Se supone que el arte es un pensamiento libre y no dirigido y entonces no es fácil de controlar. Esta es la gran lucha de los artistas y lo que los obliga a hacer todo a pulmón». 

El sentido, según Horacio Dowbley

Escriben María Susana Marcos y María Rita Federici

…“el arte estalla lo dado, lo establecido, la visión/ Hegemónica del mundo, y arma los pedazos/ Creando espacios, oxígeno, ventanas de sentidos/ Por donde ver la realidad” / Celeste Dieguez.

(Del 9 al 25 de octubre de 2009 se presentó en el Centro Cultural Malvinas de La Plata la muestra de obras escultóricas de Horacio Dowbley titulada “Sentido”.)

La obra de Dowbley se caracteriza por un fuerte compromiso con el mundo en que vive, al que observa, representa, interpela y critica. La cotidianeidad es reflejada a partir de los materiales con que el artista realiza sus esculturas: botellas, papeles, plásticos, maderas, chapas, bolsas de residuos, etc., elementos muchos de ellos hallados en la calle y que simbolizan la vida de quienes viven en ella, en la indigencia. Son estas personas las protagonistas de Residuos Humanos, serie incluida en la muestra y que intenta hacernos reparar en esos hombres y mujeres que viven en la calle, que vemos cotidianamente como si fuesen una parte más del paisaje de la ciudad sin que nos preguntemos por qué están ahí, qué piensan y sienten… Desde su obra el artista nos propone reflexionar sobre las personas que padecen esta situación.

Dowbley busca comunicar, y pretende que el espectador halle el sentido de sus esculturas más allá del aspecto formal y del contenido explícito. Así, muchas veces sus obras son expuestas en el espacio público, en lugares no convencionales, de manera de establecer un contacto con personas que no frecuentan espacios artísticos. Un ejemplo es “Siguen marchando”, la escultura con la que ganó el concurso para el monumento en homenaje a las Madres de Plaza de Mayo de Quilmes. Aquí el artista trabajó con el elemento que simboliza la lucha de estas mujeres, la imagen de sus pañuelos.

Otras referencias sociales en su muestra platense son las obras “Phalanx” y “Paco”. La primera alude a la toma de la escuela de arte de Quilmes, que se encontraba en condiciones edilicias y presupuestarias alarmantes; la segunda, ya a través del título hace referencia al consumo cada vez mayor de esta droga, jugando con el objeto de una zapatilla, elemento que suele indicar la ubicación de quien la provee.

Por su parte, la serie “Engendros” invita a repensar los lugares desde donde observamos el mundo: los diarios, la televisión, y cómo estos medios de comunicación nos transforman.

Dowbley entiende al arte como un medio privilegiado a través del cual podemos tomar contacto con aspectos de la realidad en los que a menudo no reparamos. Gracias a las representaciones artísticas tenemos una visión crítica de lo real y podemos tomar determinada postura frente a lo que sucede cotidianamente, como así también frente a la misma a obra, es decir, buscar el sentido de las cosas, como propone Horacio Dowbley. [LM n° 33]

Los 7 pecados capitales y los 7 pecados del capital

Escribe Diana Dowek

“La obra no puede cambiar el mundo –dice John Berger–, pero tal vez nos ayude a preguntarnos cosas de nosotros mismos”.

Acordando con este gran pensador y artista, fallecido hace poco tiempo, estimo que la obra de arte no se propone provocar un cambio drástico ni revolucionario, pero puede penetrar más profundamente en la subjetividad de los espectadores/as y convertirse en una imagen emblemática en su imaginario de un momento histórico, como ocurre con los fusilamientos de Goya en el “3 de mayo”, “La muerte de Marat” de J. Louis David, “La libertad conduciendo al pueblo” de E. Delacroix y el “Guernica” de Picasso (ésta símbolo de los crímenes del nazifascismo y de la guerra civil española), por poner algunos ejemplos.

Estas obras ejemplares sirven para poder adentrarnos en la estética-política de Horacio Dowbley, quien me ha invitado a emplazar las suyas en el espacio expositivo sala Berni del Centro Cultural Borges (CABA) en el mes de septiembre [2018]. Esculturas, pinturas gráficas e instalaciones, producto de un trabajo de quince años. Elocuentes de los tiempos que estamos atravesando, tanto en nuestro país como en el exterior. A veces aluden irónicamente, con una estética pop-kitch, a los medios tan des-informativos como manipuladores; al poder del dinero, travestido en una corbata-dólar que da cuenta de nuestra deuda eterna, y a la dependencia de nuestro país.

La naturalización de la represión, exterminios y genocidios en varios lugares del planeta, discriminaciones raciales o religiosas frente a los refugiados y originarios; todo esto está abordado en estas obras. Esculturas con objetos encontrados, ensamblados, modificados con distintos materiales, bolsas con desechos y comida, imágenes de una Argentina actual, degradada, con incertidumbre frente al futuro. Obras que lo atestiguan, a veces más directas y otras sublimadas poéticamente. Un ejemplo es “Poco Pan y Mucho Circo”, central en la sala.

Por ello, como curadora, traté de reforzar estos señalamientos dramáticos disponiendo las obras en fila, como un ejército que confronta.

Lo que prima es el “Sentido”, nos dice Horacio, empático con las luchas políticas y sociales y con los Derechos Humanos, que lo hizo acreedor del Primer Premio para la obra escultórica “Siguen Marchando”, Homenaje a las Madres de Plaza de Mayo de Quilmes, emplazada en la plaza de dicha localidad de la Provincia de Buenos Aires.

Horacio Dowbley es arquitecto, vive y trabaja en La Plata, e integra la Comisión Directiva de la Asociacion de Artistas Visuales de la República Argentina (AAVRA). Ha estudiado con el gran escultor Enio Iommi, entre otros artistas. Ha creado instalaciones con participación colectiva en plazas y espacios públicos (instalación de una maqueta al final de la muestra). Expuso en el país y en el exterior: Europa y Latinoamérica. Su militancia estética, con esta exhibición, nos marca un camino ineludible. [LM n° 48]

(Diana Dowek es artista plástica.)